JESÚS MUESTRA SU COMPASIÓN A LA
HUMANIDAD
PANORAMA:
La verdad
ha estado a nuestra disposición durante mucho tiempo, como lo estuvo para el pueblo de Israel. Cuando los israelitas rechazaron a Cristo, Dios les dio el Evangelio a los gentiles. En la actualidad, alrededor del mundo entero miles de personas que nunca habían escuchado de la Palabra de Dios, ahora están recibiendo el Evangelio ansiosamente, mientras que otros muchos tienen Biblias pero no la leen.
Juan
4:14 El que
bebiere del agua que yo le daré, no
tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré
será en él una fuente de agua que salte para vida
eterna.
EL MENSAJE DE JESÚS:
Marcos 1:14-15 v.14 Mas
después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio
del reino de Dios, v.15 y diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el
reino de Dios se ha acercado: Arrepentíos, y creed el evangelio.
Antes de
morir, Juan había terminado su obra de preparar
el camino para el Señor.
Ahora
era tiempo de que Jesús comenzara a enseñar.
Él comenzó
a enseñarles a las personas ordenándoles
que: cambiaran de actitud. Se pusieran de acuerdo con Dios en que eran pecadores sin esperanza y creyeran en la buena
noticia que Él había venido a decirles.
Hebreos
11:6 “…sin fe es
imposible agradar a Dios”.
CONSIDEREMOS:
Si
no creemos en Dios, no podremos agradarlo, y Él no nos aceptará. ¿Por
qué Dios aceptó a Abel, a Noé, a Abraham, Moisés, Josué y Caleb?
fue porque ellos creyeron en la Palabra de Dios
y confiaron en Él. Hoy en día, hay personas que son religiosas
y asisten a la iglesia y creen que, sus propias buenas obras los
salvarán del castigo eterno. No creen verdaderamente en Dios cuando Él dice
en su Palabra que no hay nada que podamos hacer por nosotros mismos para
que Él nos acepte.
Mateo
14:5 Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por
profeta.
Lucas
3:19
Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de
Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había
hecho.
Juan enseñó fielmente el mensaje de Dios, con el fin de preparar a la gente y que ellos depositaran su fe en Jesús el Libertador prometido. Algunas personas cambiaron de opinión sobre sí mismas y su pecado. Sabían que necesitaban un Salvador que los salvara del castigo por sus pecados. Otras personas, como los fariseos, confiaban en sí mismas y pensaban que eran lo suficientemente buenas como para que Dios los aceptara. Aún rey Herodes, que llevaba una vida tan pecaminosa, no le gustaban algunas de las cosas que decía Juan el bautista; así que Herodes encarceló a Juan y, finalmente, lo envió a matar.
Lucas
9:9 Y dijo Herodes: A Juan yo le hice decapitar.
JESÚS LLAMÓ A ALGUNOS HOMBRES PARA
SER
PARTE DE SU OBRA
Marcos 1:16-20 Y caminando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Y Jesús les dijo: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando al instante sus redes, le siguieron. Y pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, que estaban también en la barca remendando sus redes. Y al instante los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, fueron en pos de Él.
Jesús
llamó a algunos hombres para que lo siguieran. Les enseñaría y prepararía para realizar la gran
tarea de predicar el evangelio de Salvación. Les enviaría
para que les contara a los demás el mensaje del
reino de Dios sobre la tierra. Cuando Jesús les dijo que los haría pescadores de hombres, ¡Jesús
se refería al ministerio de llevar a los hombres a Dios, contándoles la buena noticia! La palabra
“Evangelio” significa “buenas noticias”. Jesús les decía a las personas que debían ponerse de
acuerdo con Dios y creer la buena
noticia,
porque pronto iba a comenzar el gobierno de
Dios sobre la tierra.
CONSIDEREMOS:
Satanás se
había convertido en el gobernador de este mundo
cuando Adán desobedeció a Dios y siguió a
Satanás. Dios es un Dios de amor y gracia hacia los pecadores; envió a Jesús al mundo para vencer a Satanás y
rescatar a las personas de su dominio. Esta buena
noticia de Dios es para todos los seres humanos y en todas las regiones de la
tierra. Sólo por creerle a Dios y confiar en Él, como Salvador,
podemos escapar del dominio de Satanás y tener amistad con Dios.
JESÚS ENSEÑÓ CON AUTORIDAD:
Las personas veían que Jesús tenía autoridad y poder.
Marcos
1 21 dice: Y entraron en Capernaúm; y luego en el día sábado, entrando en la
sinagoga, enseñaba.
Los judíos se reunían en lugares llamados sinagogas que se encontraban en todas las aldeas de Israel y hasta en los países de alrededor. En las sinagogas, se leía los escritos de Moisés y los profetas. Los judíos que vivían fuera de Jerusalén iban al templo solo en fiestas importantes, ordenadas por Moisés.
Marcos 1 22 dice: Y se
admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los escribas.
Las
personas que escuchaban hablar a Jesús se
sorprendían
de la autoridad con la que Jesús explicaba el significado de la Palabra de
Dios. Jesús
enseñaba de una manera diferente a como enseñaban los escribas. Debido a
que se apoyaban en su propio conocimiento y no creían en Dios realmente, no
entendían Su Palabra con claridad; por lo tanto, sólo podían enseñarle a la
gente lo que ellos pensaban que la Palabra de Dios quería decir. Pero Jesús
enseñaba bien, le decía a la gente exactamente lo que Dios les decía por medio
de los escritos de Moisés y los Profetas.
JESÚS EXPULSÓ ESPÍRITUS MALIGNOS:
Marcos 1:23-24 Y había en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual dio voces, diciendo: ¡Déjanos! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.
Los
demonios son ángeles que hace mucho se rebelaron contra Dios
y siguieron a Satanás. Les
gusta vivir dentro de las personas que son hijos de Satanás y dominarlas. Satanás y
sus demonios saben que Jesús es Dios, su creador. Saben que Jesús es santo,
perfecto y que odia el pecado. Este
demonio sabía que algún día sería arrojado al lago de fuego, ¡y
sabía que Jesús tenía
el poder para arrojarlo al lago de fuego en ese mismo momento!
Marcos
1:25-26 Y Jesús le reprendió, diciendo:
¡Enmudece, y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia,
y clamando a gran voz, salió de él.
Jesús le ordenó que se callara. No quería que los demonios fueran los que anunciaran a la gente quien era Él. Satanás es mentiroso; Jesús vino a decir la verdad. Jesús mismo le diría a la gente la verdad de Dios y les mostraría Su poder a través de sus milagros.
Marcos 1:27-28 Y todos estaban maravillados, de tal manera que se preguntaban entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? Y pronto corrió su fama por toda la región alrededor de Galilea.
JESÚS SANÓ A MUCHA GENTE ENFERMA
Y EXPULSÓ
DEMONIOS
Marcos.1:34-39 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas
enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios,
porque le conocían. Y levantándose muy de mañana, mucho antes del
amanecer, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Y Simón y los
que estaban con él salieron a buscarle; y hallándole, le dijeron: Todos te
buscan. Y Él les dijo: Vamos a las ciudades vecinas, para que predique
también allí, porque para esto he venido. Y predicaba en las sinagogas de
ellos por toda Galilea, y echaba fuera a los demonios.
CONSIDEREMOS:
Jesús es Dios,
todas las cosas están bajo Su poder. Jesús sintió compasión por estas
personas enfermas
y poseídas por demonios. Sabía que todas estas cosas tristes estaban en el mundo
como consecuencia del pecado del hombre y el gobierno de Satanás. Dios
también se preocupa por nosotros hoy en día. Él no ha cambiado. Él sabe,
que la humanidad aún está bajo el poder de Satanás, del pecado y de la muerte. Dios
desea rescatarnos a todos del dominio de Satanás.
JESÚS
SANÓ A UN LEPROSO:
Este leproso se dio cuenta de que Jesús era el único que podía ayudarlo, y no las persona. Se acercó a Jesús pidiendo su misericordia y Su ayuda.
CONSIDEREMOS:
La palabra
utilizada en la Biblia para la lepra incluye varias enfermedades de la piel. La
lepra hacía que al enfermo se le cayera parte de su cuerpo por pedazos. No
había medicamentos para curarla. La enfermedad de la lepra es como el pecado en
nuestras vidas. No hay manera de quitarnos el pecado. Sólo Jesús puede
ayudarnos. Es la razón por la que Él vino al mundo.
Marcos
1:41-42 Y Jesús, teniendo compasión de
él, extendió su mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que
hubo Él hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
Todos deberíamos identificarnos con este leproso. A causa de nuestro pecado, somos “inmundos” ante los ojos de Dios. Los leprosos eran los parias en los tiempos bíblicos, y nadie se les acercaba. Nadie se atrevía a tocar a un leproso. Pero Jesús tocó a este hombre porque lo amaba y quería mostrar el gran amor de Dios por este hombre y ese mismo amor lo sigue mostrando por toda la humanidad.