ESTUDIO BÍBLICO EN ORDEN CRONOLÓGICO

LECCIONES Y PODCASTS DISPONSIBLES

Dios ascendió a José y llevó a Israel a Egipto


 


PANORAMA:

Esta lección presenta la obra soberana de Dios en y a través de la vida de José para traer a Israel hasta Egipto. La fidelidad de Dios resalta a través de la confianza de José en Él. Dios se comunicó con José por medio de sueños y cumplió todo lo que había prometido.

 

Se presentan los elementos esenciales de la historia de José: sólo aquellos detalles que determinan los temas principales que dan lugar al marco histórico del ascenso de José al reinado, su relación con sus hermanos y el traslado de Israel a Egipto.  

Génesis 39:20

y mandó que echaran a José en la cárcel donde estaban los presos del rey.

 

Aunque sus hermanos lo odiaban y la esposa de su amo lo había acusado falsamente, el todavía confiaba en el único Dios vivo y verdadero, José sabía que era pecador y que sólo podía obtener perdón por la misericordia de Dios.

Confiaba en las promesas de Dios al igual que Abraham, Isaac y Jacob. Nadie puede agradar a Dios a menos que crea lo que el Señor dice. 

Lo mejor que nosotros podemos hacer es aceptar la Palabra de Dios como la verdad y aceptar todo cuanto Él ha escrito en la Biblia. Dios no le falló a José cuando estuvo en prisión. 

 

Hechos 7: 9- 10

Por envidia los patriarcas vendieron a José como esclavo, quien fue llevado a Egipto; pero Dios estaba con él 

y lo libró de todas sus desgracias. Le dio sabiduría para ganarse el favor del faraón, rey de Egipto, que lo nombró gobernador del país y del palacio real. 

 

Ahora que José estaba en prisión, parecía imposible que pudiera ser el líder y gobernador de su familia, pero Dios no cambia nunca.

Dios no es como las personas, que cambian de opinión, que se olvidan de sus promesas o dicen mentiras. 

 

Recomendación: 

Leer todo el capítulo 40 y 41 de Génesis

José interpreta los sueños del copero y el panadero.

 

JOSÉ INTERPRETA LOS SUEÑOS DE FARAÓN 


Génesis 41: 1-7

Dos años más tarde, el faraón tuvo un sueño: Estaba de pie junto al río Nilo cuando, de pronto, del río salieron siete vacas hermosas y gordas que se pusieron a pastar entre los juncos. Detrás de ellas salieron otras siete vacas, feas y flacas, que se pararon a orillas del Nilo, junto a las primeras. 

 ¡Y las vacas feas y flacas se comieron a las vacas hermosas y gordas! En ese momento el faraón se despertó. Pero volvió a dormirse, y tuvo otro sueño: Siete espigas de trigo, grandes y hermosas, crecían de un solo tallo. Tras ellas brotaron otras siete espigas, delgadas y quemadas por el viento solano. 

¡Y las siete espigas delgadas se comieron a las espigas grandes y hermosas! En eso el faraón se despertó y se dio cuenta de que sólo era un sueño. 

 

 


CONSIDEREMOS: 

Aunque en el pasado Dios le hablaba a la gente a través de sueños y planeaba mostrarle a Faraón lo que iba a ocurrir en Egipto, esa no es la forma común que Dios usa para hablarnos a nosotros ahora. Dios nos enseña las cosas que quiere que sepamos a través de su palabra, la Biblia.  

Faraón, el rey de Egipto no conocía ni adoraba al Dios vivo y verdadero. Los egipcios adoraban al sol, la luna, las estrellas, los animales, las criaturas que se arrastran y al río Nilo. Pero, aunque no adoraban a Dios, El planeo usar a este rey y a su país para llevar a cabo sus propósitos.

 

Proverbios 21:1

En las manos del SEÑOR el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el SEÑOR le ha trazado. 

 

Dios es el que gobierna a todas las personas y todas las naciones, aunque no lo conozcan ni lo adoren.

Puede usar a cualquiera de la forma que Él desee para llevar a cabo Sus propósitos. Él, es el gobernador supremo de todas las cosas. Dios estaba obrando a través de la vida de un faraón egipcio y un prisionero israelita a favor de todo su pueblo.

Aún en prisión, José creía que los propósitos de Dios eran correctos para él. Vivía por fe y creía que Dios iba a hacer lo mejor. 

 

Génesis 41:25-32
José le explicó al faraón: —En realidad, los dos sueños del faraón son uno solo. Dios le ha anunciado lo que está por hacer. 
Las siete vacas hermosas y las siete espigas hermosas son siete años. Se trata del mismo sueño. 
Y las siete vacas flacas y feas, que salieron detrás de las otras, y las siete espigas delgadas y quemadas por el viento solano, son también siete años. Pero éstos serán siete años de hambre. Tal como le he dicho al faraón, Dios le está mostrando lo que está por hacer. Están por venir siete años de mucha abundancia en todo Egipto, a los que les seguirán siete años de hambre, que harán olvidar toda la abundancia que antes hubo. ¡El hambre acabará con Egipto! 
Tan terrible será el hambre, que nadie se acordará de la abundancia que antes hubo en el país.  El faraón tuvo el mismo sueño dos veces porque Dios ha resuelto firmemente hacer esto, y lo llevará a cabo muy pronto. 

 

José no tenía la capacidad de interpretar los sueños del rey, pero confiaba en que el Señor le daría la interpretación de esos sueños. Dios le dio entendimiento a José para que el rey supiera lo que iba a ocurrir en su país. Dios no les falla a los que confían en Él. 

 

JOSÉ OCUPÓ EL SEGUNDO LUGAR DESPUÉS DE FARAÓN

Génesis  41:38-40

Entonces el faraón les preguntó a sus servidores: —¿Podremos encontrar una persona así, en quien repose el espíritu de Dios? 

Luego le dijo a José: —Puesto que Dios te ha revelado todo esto, no hay nadie más competente y sabio que tú. 

Quedarás a cargo de mi palacio, y todo mi pueblo cumplirá tus órdenes. Sólo yo tendré más autoridad que tú, porque soy el rey. 

 

Aunque José había atravesado experiencias difíciles, el Señor aún tenía dominio sobre todo. El Señor no se había olvidado de José.

Los sueños que Dios le había dado en su juventud iban a cumplirse. Cuando fue el tiempo para hacer lo que Dios planeó, Él sacó a José de la cárcel y le dio un alto puesto, tal cual se lo había mostrado en sueños cuando José era joven. 

 

LOS HERMANOS DE JOSÉ VIENEN A EGIPTO EN BUSCA DE ALIMENTO

Génesis 42:1-9


Cuando Jacob se enteró de que había alimento en Egipto, les dijo a sus hijos: «¿Qué hacen ahí parados, he sabido que hay alimento en Egipto? Vayan allá y compren comida para nosotros, para que no muramos, sino que podamos sobrevivir.» Diez de los hermanos de José fueron a Egipto a comprar alimento. Pero Jacob no dejó que Benjamín, el hermano de José, se fuera con ellos porque pensó que podría sucederle alguna desgracia. Fue así como los hijos de Israel fueron a comprar alimento, al igual que otros, porque el hambre se había apoderado de Canaán. José era el gobernador del país, y el que vendía trigo a todo el mundo. Cuando sus hermanos llegaron ante él, se postraron rostro en tierra. En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció; pero, fingiendo no conocerlos, les habló con rudeza: —¡Y ustedes!, ¿de dónde vienen? —Venimos de Canaán, para comprar alimento —contestaron. Aunque José los había reconocido, sus hermanos no lo reconocieron a él. 
En ese momento se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: —¡De seguro ustedes son espías, y han venido para investigar las zonas desprotegidas del país! 

 

Una vez más, Dios estaba haciendo ocurrir las cosas que le había mostrado en sueños al joven José, sus hermanos se inclinaron ante él.

  
 Génesis 37: 5-9


Cierto día José tuvo un sueño y, cuando se lo contó a sus hermanos, éstos le tuvieron más odio todavía, pues les dijo: —Préstenme atención, que les voy a contar lo que he soñado. Resulta que estábamos todos nosotros en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se levantó y quedó erguida, mientras que las de ustedes se juntaron alrededor de la mía y le hicieron Sus hermanos replicaron: —¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros, y que nos vas a someter? Y lo odiaron aún más por los sueños que él les contaba. Después José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: —Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias. 

 

JOSÉ REVELÓ SU VERDADERA IDENTIDAD

Génesis 45:3-9

_Yo soy José —les declaró a sus hermanos—. ¿Vive todavía mi padre? Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle. No obstante, José insistió: —¡Acérquense! Cuando ellos se acercaron, él añadió: —Yo soy José, el hermano de ustedes, a quien vendieron a Egipto. Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas. Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre, y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas. Por eso Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida de manera extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. Fue Dios quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto. ¡Vamos, apúrense! Vuelvan a la casa de mi padre y díganle: “Así dice tu hijo José: ‘Dios me ha hecho gobernador de todo Egipto. Ven a verme. No te demores. 

 

José lloró cuando les reveló su verdadera identidad a sus hermanos. En lugar de tratar a sus hermanos como sus hechos lo merecían, José les  explicó que Dios tuvo el dominio  absoluto de la situación y que  había usado los actos terribles que ellos habían hecho para obrar
para bien.  


Génesis 50:20

Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. 

 

REENCUENTRO DE JOSÉ CON SU PADRE


Dios sabe lo que va a ocurrir; Él siempre cumple Sus promesas. Muchos años antes, Dios le había dicho a Abraham que sus descendientes irían a otro país. 

Génesis 15:13

El SEÑOR le dijo: —Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años. 

 

Aunque habían pasado cientos de años, Dios cumplió lo que había prometido. Todo lo que Dios dice en Su palabra ocurrirá tal cual Él lo dijo. A los descendientes de  Jacob, o Israel, se les comenzó a llamar  hijos de Israel, israelitas o Israel.

Hebreos 11:21  

Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. 

Génesis 49:1-2 

Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reúnanse, que voy a declararles lo que les va a suceder en el futuro: 

»Hijos de Jacob: acérquense y escuchen; presten atención a su padre Israel. 



CONCLUSIÓN:

Todos los que vinieron a Egipto fueron 66 más la familia de José, en total fueron 70 personas, de éstas Dios formó una gran familia de millones, así como se lo había prometido al antepasado Abraham años atrás. Dios es muy confiable, Él siempre cumple Sus promesas.