Si alguna
vez una sociedad tuvo necesidad de arrepentirse es la nuestra. El
arrepentimiento es un cambio de actitud hacia Dios, con respecto a nosotros
mismos y al pecado. La actitud predominante de nuestra cultura es ocuparnos del
yo (egocéntrico) y olvidarse de Dios y de lo que Él dice sobre el pecado.
Cada vez se ve menos la humildad, lo opuesto al orgullo. No es común que
escuchemos a alguien decir: “¡Dios tiene razón! ¡Soy pecador!” Pero esas
palabras poco frecuentes figuran entre las más importantes que un hombre pueda
pronunciar.
PANORAMA:
Esta lección presenta a Jesucristo como el Cordero de Dios. A través del
ministerio de Juan el Bautista también se muestra la necesidad de una actitud
de arrepentimiento, como lo demuestran en forma negativa los líderes judíos
orgullosos e impenitentes.
El arrepentimiento es un cambio de actitud hacia Dios y
hacia el propio pecado.
El bautismo de Juan: un bautismo de arrepentimiento. El estilo de vida de Juan: aunque creía y obedecía a Dios era pobre en cuanto a las riquezas materiales (refutando la enseñanza comúnmente popular de que Dios tiene que darles beneficios materiales a los que creen en Él). La validación de la deidad de Jesús cuando Dios habló desde el cielo y lo confirmó.
CONSIDEREMOS:¿Cómo hacemos para obtener la atención de alguien? Una de las mejores
maneras es mencionar algo que sea importante para esa persona en particular. Eso
es exactamente lo que Dios el Espíritu Santo hizo por medio de Juan el
Bautista. Envió a Juan para anunciar al Salvador.
JUAN FUE EL
MENSAJERO DE DIOS PARA ISRAEL
Mateo
3:1-2
En
aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y
diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Juan ya era un adulto y había sido escogido por Dios con el fin de ser
el profeta que preparara a los judíos para recibir al Libertador. Él le
enseñaba a la gente que debía arrepentirse. Les decía que cambiaran de opinión
para estar preparados para la venida del Salvador prometido. Estas son las
cosas que necesitaban entender y aceptar:
Que Dios es el único Dios verdadero y que ellos debían servirle y
adorarle completamente.
Que ellos habían pecado contra Dios al desobedecer Sus leyes y eran
incapaces de hacerse aceptables delante de Él.
Estas son las mismas cosas que Dios quiere que cada uno de nosotros
entienda y acepte con respecto a nosotros mismos.
CONSIDEREMOS:
Después de estudiar los diez mandamientos y vernos a la
luz de la Palabra de Dios como pecadores.
¿Cuántos
mandamientos podemos decir honestamente que hemos cumplido? Ninguno.
¿Cómo llama
Dios el hecho de transgredir un mandamiento? Pecado.
Santiago
2:10
Porque
cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace
culpable de todos.
¿Qué pasa si decimos una mentira, se considera un pecado? Sí. Todo pecado nos separa de Dios y Él odia nuestro pecado. El castigo por el pecado es la muerte y la separación eterna de Dios. Juan era la persona que Isaías dijo que precedería al Libertador prometido.
Profecía: Isaías 40:3
Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Cumplimiento: Mateo 3:3
Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.
JUAN FUE UN HOMBRE FISICAMENTE POBRE PERO ESPIRITUALMENTE RICO
Juan era un profeta de Dios, pero esto no quiere decir que Juan fuera
rico. Sólo comía lo que encontraba en el desierto y su ropa era la de un hombre
muy pobre.
Mateo 3:4
Y Juan estaba vestido de pelo de
camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era
langostas y miel silvestre.
CONSIDEREMOS:
Algunos dicen que, si una persona deposita su fe en
Dios, entonces Él tiene que darle todo el dinero y las posesiones que uno
quiere. Y que son una señal de bendición de DIOS, lo que conocemos como: “El evangelio
de la prosperidad”. Dios no promete que
alguien sea rico si le cree y le obedece su palabra. La mayoría de los
profetas más grandes de Dios y hasta el mismo Jesús el Hijo de Dios fue un
hombre muy pobre.
MUCHAS PERSONAS CREYERON EL MENSAJE DE DIOS POR MEDIO DE JUAN
El hombre
debe tener fe para agradar a Dios y ser salvo
Mateo 3: 5-6
Y salía a él Jerusalén, y toda Judea,
y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6y eran bautizados por él en
el Jordán, confesando sus pecados.
Muchos judíos creyeron la Palabra de Dios que Juan les decía y se
acercaron a él para que los bautizara. Cuando estas personas se bautizaban era
una señal para los demás que estaban de acuerdo con Dios en que merecían la
muerte por sus pecados, pero confiaban en que Dios iba a enviar el Libertador
para salvarlos.
CONSIDEREMOS:
El bautismo
significa identificación. La palabra “bautizar” proviene de la palabra griega
“baptizo”. Una de las maneras en las que se usaba esta palabra era para
describir el proceso de teñido de ropa. Cuando se sumergía una tela en un
recipiente con tintura, aquella prenda tomaba el color del tinte. Así como la
tela se identificaba con la tintura de modo que tomaba el color, los judíos se identificaban
con el mensaje de arrepentimiento que les decía Juan. El bautismo es sólo una
señal para los demás de que una persona está de acuerdo con el mensaje de Dios
y confía sólo en Él para que le salve. El bautismo del creyente simboliza la
identificación completa con la muerte, la sepultura y la resurrección de
Cristo.
Romanos 6:3
¿O no sabéis que todos los que hemos
sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Cuando
bajamos a las aguas nos estamos identificando con la muerte de Cristo.
Romanos 6:4
Porque somos sepultados juntamente
con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Cuando
subimos del agua nos estamos identificando con la resurrección de Cristo.
LAS PALABRAS DE JUAN PARA LOS ORGULLOSOS E IMPENITENTES
El hombre es
pecador e incapaz de salvarse así mismo
Mateo 3:7
Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
La mayoría de los líderes del templo eran orgullosos. Veamos a estos
líderes y consideremos lo que la Biblia dice sobre sus actitudes.
LOS ESCRIBAS: Eran los hombres que copiaban la palabra de Dios
en rollos, también se llamaban doctores y maestros de la ley. Eran orgullosos
debido a su conocimiento. Pensaban que agradaban a Dios porque explicaban la Palabra de Dios.
LOS FARISEOS: Estos
hombres trataban de agradar a Dios obedeciendo muchas reglas diferentes que
ellos mismos habían escrito, y le añadían cosas a la Palabra de
Dios. No se consideraban pecadores, se mantenían alejados de
cualquiera que no fuera fariseo. Pensaban que eran lo suficientemente buenos
para agradar a Dios.
LOS SADUCEOS: Estos
hombres también iban al templo y decían adorar a Dios, sin embargo, no creían
en muchas cosas que Dios había escrito en su Palabra. No creían en los ángeles
ni en la resurrección de los muertos. Sólo creían en el pentateuco. Les
interesaba mantenerse bien con el pueblo romano. Muchos de estos líderes
religiosos no estaban dispuestos a admitir que eran pecadores. Pensaban
que eran lo suficientemente buenos como para que Dios los aceptara.
Como los fariseos y los saduceos eran tan orgullosos, las palabras de
Juan para ellos eran muy fuertes. Él les dijo a estos líderes fariseos y
saduceos que, si realmente aceptaban lo que Dios pensaba de ellos, entonces
debían demostrarlo con sus acciones.
Mateo 3:8
Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento.
Las palabras de Dios son muy confrontantes y el Espíritu Santo que
conoce nuestros pensamientos nos guía al arrepentimiento. Sin embargo, la
decisión de cambiar es nuestra.
Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos
y las intenciones del corazón.
Santiago 4:6…. Dios resiste a
los soberbios.
Los orgullosos que se resisten y se niegan a escuchar su mensaje. Dios
mismo lucha contra estas personas que son orgullosas y no están de acuerdo con
Él.
Mateo 3:10 por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el
fuego.
Muchos judíos se sentían orgullosos por ser descendientes de Abraham y
que él fuera el padre de la nación. Pensaban que Dios los aceptaría por
ser descendientes de Abraham.
CONSIDEREMOS:
Algunas
personas piensan que Dios los acepta automáticamente por la fe de sus padres. O
por asistir a una iglesia y participar de todas sus ceremonias; pero Dios juzga
a cada persona individualmente, y no por su familia, sus obras o la iglesia a
la que asiste.
JUAN DIJO QUE JESUCRISTO ES DIOS
Juan 1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes
de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
En la época
de Juan, los hombres de alto rango tenían siervos que les quitaba y les ponía
los zapatos. Juan dijo que él no era ni siquiera el siervo digno de quitar y
poner los zapatos del Libertador, porque reconoció que Jesús era el Hijo
de Dios. Juan era el profeta de Dios enviado a preparar a la gente para recibir
y confiar en el Libertador. Él era sólo un hombre, pero el salvador era el Hijo
de Dios.
JUAN BAUTIZA A JESÚS
Jesús ahora
tenía alrededor de treinta años de edad.
Lucas 3:23
Jesús mismo al comenzar su ministerio
era como de treinta años.
Mateo 3:13-16
Entonces Jesús vino
de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14Mas Juan se le
oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15Pero
Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda
justicia. Entonces le dejó. 16Y Jesús, después que fue bautizado, subió
luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.
Jesús vino a bautizarse, no porque fuera pecador arrepentido y necesitara
de un Salvador como todas las demás personas que Juan bautizaba. Jesús vino a
bautizarse porque éste era el mandamiento de Dios para todos los judíos que
aceptaban a Juan como el profeta de Dios. Si Jesús no se bautizaba, la gente
pensaría que no obedecía los mandamientos de Dios, y llegarían a la conclusión que
Jesús no creía que Dios le había ordenado a Juan que bautizara.
El espíritu Santo vino sobre Jesús con el propósito de capacitarlo para
hacer todas las cosas que Dios el Padre había planeado que Él hiciera. Jesús es
Dios todo poderoso, pero cuando se convirtió en hombre eligió depender de Dios
el Espíritu Santo para hacer la obra aquí en la tierra.
LO QUE DIOS
PADRE DIJO SOBRE JESÚS:
Mateo 3:17
Y hubo una voz de
los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Dios el padre llamó a Jesús Su Hijo. Dios estaba totalmente complacido
con Él. Jesús era santo y justo por completo, perfecto ante los ojos de
Dios.
JESÚS, EL CORDERO DE DIOS:
Cuando Juan vio a Jesús, dijo que era el cordero que Dios había enviado
(el Salvador prometido).
Juan 1:29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
JUAN DECLARA
PUBLICAMENTE QUE JESÚS ES EL LIBERTADOR PROMETIDO
Juan también esperaba al Libertador, y cuando vio la señal de Dios, confirmó
que Jesús era el Hijo de Dios, el salvador del mundo.
Juan 1:30-37
Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es
antes de mí; porque era primero que yo. 31Y yo no le conocía; más para que
fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32También
dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como
paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió
a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y
que permanece sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34Y
yo le vi, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios. 35El siguiente
día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36Y mirando a Jesús que
andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37Le oyeron hablar los
dos discípulos, y siguieron a Jesús.
CONCLUSIÓN:
Nosotros ya no necesitamos señales como las que Dios le dio a Juan para
probar que Jesús era el Hijo de Dios el libertador prometido. Nos basta con
creerle a la Palabra de Dios cuando nos dice que somos pecadores, que hemos desobedecido
Sus leyes y somos incapaces de hacernos aceptables delante de Dios por nuestros
propios esfuerzos. El bautismo no puede hacer nada para rescatarnos del dominio
del pecado ni para hacernos aceptables delante de Dios, el bautismo es la
manera que Dios estableció para que la gente dé testimonio público de su
conversión y acepta a Jesús como el único y suficiente Salvador.