DIOS
GUIÓ A LOS ISRAELITAS POR MEDIO DE UNA NUBE
Dios
rescató a los Israelitas de la esclavitud en Egipto y los guió por el desierto hasta
la tierra que les había prometido a
sus antepasados.
Éxodo 13:17-18
Cuando el
faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los filisteos, que era el más corto, pues pensó: «Si se
les presenta batalla, podrían
cambiar de idea y regresar a
Egipto.» Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto, en dirección al Mar Rojo. Los israelitas salieron de Egipto en formación de combate.
Las
palabras que traducen en la Biblia como “Mar Rojo” Son las palabras hebreas que
significan “Mar de los Juncos”.
Muchos eruditos de la Biblia creen que, más que referirse a lo que hoy llamamos Mar Rojo, se refiere a un gran “mar” o lago interior que se encuentra al norte del extremo del Mar Rojo. Este lago tiene juncos que no se encuentran en el extremo norte del Mar Rojo. No sabemos la ubicación exacta pero sí sabemos que los detalles de la historia que registra la Biblia son reales y que había una profundidad considerable de agua. El número de Israelitas había aumentado considerablemente. Cuando los Israelitas llegaron a Egipto, sólo eran 70 personas. Ahora 430 años más tarde, ¡había alrededor de 2´500.000 Israelitas.
Éxodo 12:41
Precisamente
el día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los escuadrones
del SEÑOR salieron de Egipto.
Dios los
guiaba hacia donde Él quería que fueran, por medio de la nube durante el día. Ellos se habían perdido y hasta habrían muerto si
el Señor no los hubiera guiado. Dios los amaba y por lo tanto, los cuidaba. Dios estaba protegiendo a los Israelitas para que
el gran Libertador naciera en el mundo. Los Israelitas eran los descendientes de Abraham. El Señor le había prometido a Abraham que uno de
sus descendientes sería el Salvador
del mundo. El Señor también protegía a
Israel porque les estaba confiando Su Palabra para que se
la diera al mundo. La palabra de Dios que hemos estado
leyendo se la dieron a Israel para que nosotros
también pudiéramos aprender sobre Dios
y llegáramos a conocerlo.
FARAÓN DECIDIÓ VOLVER A CAPTURAR
A ISRAEL
Satanás era
quien guiaba al Faraón, él no iba a darse por vencido y dejar ir a los
Israelitas, planeaba perseguirlos y capturarlos nuevamente.
Éxodo 14:5-7
Y cuando el rey de Egipto se enteró de que el pueblo se había escapado, tanto él como sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a los israelitas y dijeron: «¡Pero ¡qué hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que se fueran los israelitas y abandonaran su trabajo?» Al momento ordenó el faraón que le prepararan su carro y, echando mano de su ejército, se llevó consigo seiscientos de los mejores carros y todos los demás carros de Egipto, cada uno de ellos bajo el mando de un oficial.
LOS
ISRAELITAS TUVIERON MIEDO Y CULPARON A MOISÉS
Éxodo 14:10-12
El faraón iba
acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios
pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al SEÑOR. Entonces
le reclamaron a Moisés: —¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste
de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos
sacaste de Egipto? Ya en Egipto te decíamos: “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos
servir a los egipcios!” ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir
en el desierto!
Aunque ellos habían visto todas las cosas grandes y poderosas que el Señor había hecho en Egipto, todavía no confiaban en Él. Sin embargo, Moisés confiaba en el Señor y les dijo a los Israelitas que creyeran en Dios.
CONSIDEREMOS:
¿Somos diferentes a los Israelitas? ¿Estamos dispuestos a creer la Palabra de Dios y confiar sólo en Él? Satanás no quiere que creamos. Tal vez vivamos y trabajamos con personas que nos dicen que no creamos. Pero estamos dispuestos a creer en Dios. Aunque los Israelitas pecaron y no confiaban en el Señor, Él fue misericordioso y planeó rescatarlos. Ellos no podían rescatarse a sí mismos. Tenían el mar adelante, las montañas a los costados y a los enemigos detrás.
SOLAMENTE
DIOS PODÍA SALVARLOS
¿Quién proporcionó una salida
para todos estos personajes: ¿Adán y Eva, Abel, Noé y su familia,
cuando Isaac estaba atado sobre el altar, y a los primogénitos de Israel de la
muerte? Solo Dios proveyó la salida. Lo mismo
pasa con nosotros. No podemos encontrar por nosotros
mismos la manera de escapar de la ira de Dios. No
podemos arreglar las cosas entre nosotros y el Señor por
medio de lo que hacemos. Sólo Dios puede
salvarnos del castigo eterno.
DIOS ABRIÓ EL MAR ROJO
Éxodo 14:15-16
Pero el SEÑOR le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí
¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! Y tú,
levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las
aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco.
Dios creó
el mar, así que tiene dominio sobre él.
Salmo 95:5
Suyo es el mar, porque él lo hizo; con sus manos formó la
tierra firme.
CONSIDEREMOS:
En el principio, toda la tierra estaba cubierta por agua. Así que el Señor hizo que el agua se retirara para que hubiera tierra seca. Él no había cambiado. Él ordenó que el mar se retirara para que su pueblo pudiera pasar sobre la tierra seca hasta el otro lado. Él tiene dominio sobre toda la tierra. No fue difícil para Dios abrir el mar, para que los Israelitas pudieran pasar al otro lado, porque nada es difícil para Él.
DIOS
AHOGÓ LOS EJÉRCITOS EGIPCIOS EN EL MAR
Éxodo 14:26-29
Entonces el
SEÑOR le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo sobre el mar, para que las aguas se
vuelvan contra los egipcios y contra sus carros y jinetes.» Moisés
extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su
estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el SEÑOR
los hundió en el fondo del mar. Al recobrar las aguas su estado normal, se
tragaron a todos los carros y jinetes del faraón, y a todo el ejército que
había entrado al mar para perseguir a los israelitas. Ninguno de ellos quedó
con vida. Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra
seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la
izquierda.
Dios ahogó
a los ejércitos egipcios en el mar.
Él castiga
a todos los que luchan en Su contra,
pero es el
salvador misericordioso de los que creen
Su palabra
y se acercan a Él a Su manera.
Éxodo 14:30
En ese día
el SEÑOR salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los
cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar.
El Señor protegió a todos los israelitas. Ninguno de ellos se ahogó y los egipcios no los atraparon. El Señor los salvó a causa de su amor por ellos y porque había prometido salvarlos.
Éxodo 14:31
Y al ver
los israelitas el gran poder que el SEÑOR había desplegado en contra de los
egipcios, temieron al SEÑOR y creyeron en él y en su siervo Moisés.
Cuando
Israel vio las cosas grandes que el Señor
hizo, creyó
en Él.
CONSIDEREMOS:
Algunas personas dicen que van a
creer si pueden ver a Dios hacer algo grande o maravilloso. Pero Dios no
prometió hacer milagros para que le creamos. Dios nos dio su
Palabra y nos dice que confiemos en Él.
Éxodo 16:13-15
Esa misma
tarde el campamento se llenó de codornices, y por la mañana una capa de rocío rodeaba
el campamento.
Al
desaparecer el rocío, sobre el desierto quedaron unos copos muy finos,
semejantes a la escarcha que cae sobre la tierra. Como los israelitas no
sabían lo que era, al verlo se preguntaban unos a otros: «¿Y esto qué es?»
Moisés les respondió: —Es el pan que el SEÑOR les da para comer.
Dios ayuda
a los indefensos, y rescata a los que no
tienen
salida. Ninguna de estas personas
merecía las cosas que Dios había hecho por ellas. Él las hizo porque
es un Dios de misericordia y gracia.
Éxodo 16:35
Comieron
los israelitas maná cuarenta años, hasta que llegaron a los límites de la
tierra de Canaán, que fue su país de residencia.
El Señor
proveyó el maná a los israelitas fielmente, desde este momento y durante
todo el tiempo que estuvieron en el desierto. Él no les falló nunca, podemos confiar que Él hará
todo lo que dice en Su Palabra.
CONCLUSIÓN:
Los milagros
que recibieron los Israelitas, nos muestran la fidelidad de Dios a Sus
promesas. Dios está más allá de nuestro
entendimiento; Podemos creer que estas
cosas
ocurrieron realmente, porque Dios lo dice en Su
Palabra.