PANORAMA:
Esta
lección presenta la soberanía, la omnisciencia y la
omnipotencia
de Dios al traer plagas sobre Egipto.
Nos muestra
Su santidad, gracia y misericordia al rescatar a
Israel a
través de la pascua.
La
soberanía, la omnisciencia y la omnipotencia de Dios:
Él usó la
resistencia del Faraón para exhibir Su poder soberano al rescatar a Israel. La fidelidad de Dios: Él preservó a Israel y la
línea del libertador.
La
incapacidad del hombre para salvarse así mismo:
Los
Israelitas no podían salvarse a sí mismos; Dios tuvo que establecer una manera de salvarlos. La pascua, un tipo de Cristo. Probablemente
ninguno de nosotros ha sido esclavo como los israelitas. Pero sí hemos
sido esclavizados por el pecado.
FARAÓN SE NEGÓ A OBEDECER LA
ORDEN DE DIOS QUE RECIBIÓ A TRAVÉS DE MOISÉS Y ARÓN
Éxodo 5:1-2
Después de
eso, Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le dijeron: —Así dice el
SEÑOR, Dios de Israel: “Deja ir a mi pueblo para que celebre en el desierto una
fiesta en mi honor.”—¿Y quién es el SEÑOR—respondió el faraón—para que yo le obedezca
y deje ir a Israel? ¡Ni conozco al SEÑOR, ni voy a dejar que Israel se
vaya!
Dios usó a
Moisés y Aarón, para hablarle al rey de
Egipto,
pero Faraón se negó a obedecer la orden del
Señor. Faraón
era el título que se le daba a todos los
gobernantes
de Egipto en esa época. Faraón no
conocía al
único Dios real, vivo y soberano, creador de
toda la
tierra. Los egipcios adoraban las
cosas que
Dios había hecho, pero no a Su creador.
Romanos 1:25
cambiaron
la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que,
al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Los egipcios
adoraban a la creación: al rio Nilo, el sol, la luna y los animales. Tenían
muchos dioses. Los egipcios
adoraban también al Faraón, su rey, como a dios.
Las
personas se han apartado deliberadamente
del verdadero conocimiento de Dios, les pasa como a los egipcios, no quieren
obedecer a Dios.
EL SEÑOR DEMUESTRA A ISRAEL QUE ÉL ES DIOS
La
generación que vivía en Egipto, cuando Moisés
regresó no
había visto ninguna evidencia de la
grandeza y
el poder del Señor. Sólo había
escuchado
hablar del Señor y lo que Él había hecho
por
Abraham, Isaac, Jacob y José. Ahora el
Señor iba a usar a este Faraón malvado y
su rebelión
para exhibir Su gran poder y Su soberanía, a
esta
generación de israelitas, para que supieran que el Dios todo poderoso los
protegía.
Éxodo 6:1-8
El SEÑOR le respondió:
—Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón. Realmente, sólo por mi mano
poderosa va a dejar que se vayan; sólo por mi mano poderosa va a echarlos de su
país. En otra ocasión, Dios habló con
Moisés y le dijo: «Yo soy el SEÑOR. Me aparecí a Abraham, a Isaac y a
Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso, pero no les revelé mi verdadero
nombre, que es el SEÑOR. También con ellos confirmé mi
pacto de darles la tierra de Canaán, donde residieron como forasteros. He
oído además el gemir de los israelitas, a quienes los egipcios han esclavizado,
y he recordado mi pacto. Así que ve y diles a los
israelitas: “Yo soy el SEÑOR, y voy a quitarles de encima la opresión de los
egipcios. Voy a librarlos de su esclavitud; voy a liberarlos con gran
despliegue de poder y con grandes actos de justicia.
Haré de ustedes mi pueblo; y
yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, que los libró de la
opresión de los egipcios. Y los llevaré a la tierra que bajo juramento
prometí darles a Abraham, Isaac y Jacob. Yo, el SEÑOR, les daré a ustedes
posesión de ella.”»
CONSIDEREMOS:
Entre los
egipcios había personas inteligentes que eran altamente calificados:
escritores, matemáticos, químicos,
arquitectos,
artistas, artesanos, líderes militares y civiles; pero desde el punto de
vista espiritual eran necios y ciegos; eran esclavos del pecado. Aunque los egipcios
esclavizaban a Israel, ellos mismos eran esclavos del
pecado, sin esperanza: cautivo y subordinados totalmente de Satanás.
EL SEÑOR ENVÍA
LAS PRIMERAS NUEVE PLAGAS
SOBRE
EGIPTO
Como el rey
de Egipto se negó a liberar a los israelitas, el Señor comenzó a mostrar su
gran poder. (con las diez
plagas.)
Encontramos
la historia de las diez plagas
en el
libro de Éxodo los capítulos 7 al 10.
El señor
protegió a los israelitas, y les mostró Su amor, misericordia y gracia para
que no sufrieran ninguna de estas plagas,
aunque vivían en el mismo país.
Los
israelitas eran también pecadores y no merecían ser cuidados. Sin embargo, Dios
los protegió, porque no se había olvidado de las promesas que les había hecho a
Abraham, Isaac y a Jacob.
Dios también protegió a los israelitas para mostrarle al rey de Egipto, que Él era único Dios vivo y verdadero, creador de toda la tierra. Con cada plaga, la respuesta era siempre la misma, cada vez que el Señor enviaba una plaga sobre Egipto, Faraón llamaba a Moisés, le pedía que la quitara y le decía que después dejaría ir a Israel. Pero tan pronto como el Señor quitaba la plaga, Faraón endurecía su corazón, se envanecía más y más y no permitía que los israelitas salieran de Egipto.
EL ÚLTIMO JUICIO DEL SEÑOR SOBRE
LOS EGIPCIOS
Aunque el
Señor había enviado nueve plagas
terribles
sobre los egipcios; el rey de Egipto aún se
resistía a
obedecer al Señor y liberar a los israelitas.
Dios sabía
muy bien que faraón era obstinado e iba
a negarse a
liberar a los israelitas.
Antes de enviar Dios a Moisés de regreso a Egipto, le anticipó lo que iba a ocurrir. Este rey malvado no podía impedir que Dios rescatara a los descendientes de Abraham. El Señor sabía que después de la última plaga, Faraón dejaría libres a los israelitas.
LAS
INSTRUCCIONES DE DIOS A MOISÉS
Dios le dio
instrucciones a Moisés sobre cómo los israelitas debían prepararse para la plaga final y más terrible de todas.
Los
israelitas también eran pecadores y también merecía morir por sus pecados.
Ellos hubieran sufrido este último juicio terrible si no fuera por la
misericordia y la gracia de Dios. Esto
es lo que el Señor le dijo a Moisés que los
Israelitas
debían hacer para salvar a los primogénitos
de la muerte.
1° Debían escoger un cordero sin defecto:
Exodo.12:1-5
En Egipto
el SEÑOR habló con Moisés y Aarón. Les dijo:
«Este mes
será para ustedes el más importante, pues será el primer mes del año. Hablen
con toda la comunidad de Israel, y díganles que el día décimo de este mes todos
ustedes tomarán un cordero por familia, uno por cada casa. Si alguna
familia es demasiado pequeña para comerse un cordero entero, deberá compartirlo
con sus vecinos más cercanos, teniendo en cuenta el número de personas que sean
y las raciones de cordero que se necesiten, según lo que cada persona haya de
comer. El animal que se escoja puede ser un cordero o un cabrito de un año
y sin defecto.
El jefe de cada familia tenía que elegir un cordero o un cabrito, pero tenía que ser sin defecto.
2° Debían
matar el cordero y poner la sangre en los postes y en los dinteles de las
puertas.
El cordero debía morir. Su sangre de la cual dependía su vida, debía derramarse. Esto servía para recordarles a los Israelitas que el castigo por el pecado es la muerte.
Éxodo 12:7
Tomarán
luego un poco de sangre y la untarán en los dos postes y en el dintel de
la puerta de la casa donde coman el cordero.
Dios le
dijo a los Israelitas que pusieran la sangre
en un
recipiente. Luego tenía que tomar una rama
mojarla en
la sangre del cordero y pintar ambos
lados de
las puertas y el dintel de la casa donde
iban a
comer el cordero esa noche.
Era la
sangre del cordero en el marco de la puerta
la que
salvaría a los primogénitos del juicio de
Dios.
3° No
debían quebrar ningún hueso del cordero.
Éxodo 12: 46
La Pascua deberá comerse
en casa, y de allí no se sacará ni un solo
pedazo de carne. Tampoco se le quebrará ningún
hueso al animal sacrificado.
No tenían
que quebrar los huesos del animal
cuando lo
mataran ni cuando lo cocieran. Estas
instrucciones
las tenía que cumplir el pueblo, exactamente
como el Señor les había dicho.
LA
FE Y LA OBEDIENCIA DE ISRAEL
Éxodo 12: 28
... y fueron y cumplieron
al pie de la letra lo que el SEÑOR les había ordenado
a Moisés y a Aarón.
¿Qué hubiera ocurrido si uno de los israelitas hubiera dicho: “no voy a matar uno de mis corderos sanos, aquí tengo uno enfermo ese puede servir”. ¿Creen que Dios habría aceptado la sangre de un cordero enfermo? ¡NO! el cordero tenía que estar sano. Qué tal si alguno hubiera dicho: “no voy a matar el cordero, voy a atarlo junto a la puerta. Dios verá el cordero vivo y no matará a mi hijo. ¿Creen que Dios habría pasado por alto al primogénito de esa casa? ¡NO! el cordero tenía que morir. La sangre tenía que derramarse. Ellos no debían olvidar que el castigo por el pecado es la muerte. Todo tenía que hacerse como Dios había dicho.
CONSIDEREMOS:
¿Se
acuerdan del carnero que se ofreció en reemplazo de Isaac? era un
animal perfecto. Dios es perfecto y todo lo que Él dice
y hace es perfecto. Él nunca iba a aceptar como ofrenda
un animal imperfecto, que estuviera enfermo o lastimado. Dios sigue
siendo el mismo. No ha cambiado, debemos acercarnos a Él, a Su manera. No podemos
acercarnos según nuestras propias ideas o la de otras personas.
LA
DÉCIMA PLAGA ENVIADA Y LA PASCUA
Todo hijo
primogénito egipcio y todo hijo primogénito de los animales de los egipcios
murieron.
Éxodo.12:29-30.
A medianoche el SEÑOR hirió de muerte a todos los primogénitos egipcios, desde el primogénito del faraón en el trono hasta el primogénito del preso en la cárcel, así como a las primeras crías de todo el ganado. Todos en Egipto se levantaron esa noche, tanto el faraón como sus funcionarios, y hubo grandes lamentos en el país. No había una sola casa egipcia donde no hubiera algún muerto.
El Señor pasó por Egipto tal como lo dijo. Dios siempre hace lo que dice. No hace simples amenazas y después las olvida. Cuando Dios decide castigar a los pecadores, no hay manera de escapar. Debido a que los israelitas habían puesto la sangre en sus casas en obediencia al Señor, no murió ninguno de sus hijos ni de sus animales primogénitos. Dios dijo que destruiría a los primogénitos de los egipcios y lo hizo, Él dijo que pasaría por alto cada casa donde viera la sangre y así lo hizo. Podemos confiar que Dios hace todo lo que dice.
CONSIDEREMOS:
El castigo
por el pecado es la muerte. Debemos recordar que el castigo por el pecado
no sólo es la muerte física, sino también la separación eterna de Dios en el lago de
fuego.
¿Se le
había advertido a Faraón? ¡Si! Todas las nueve plagas que el Señor había
prometido enviar habían venido como Moisés las anunció. Faraón se negó a
humillarse ante Dios, eso le costó a él y a todo Egipto la muerte de los hijos primogénitos. Todo Egipto
pagó un precio muy alto. Pero el precio eterno que iban a pagar por su
incredulidad era aún mayor: la separación de Dios para siempre en el lago de
fuego.
FARAÓN
DEJÓ IR A LOS ISRAELITAS
Faraón
llamó a Moisés esa misma noche y le dijo que sacara a los israelitas de Egipto. Faraón pensó que podía luchar contra Dios y que
Dios no podía vencerlo, pero nadie puede luchar contra Dios y ganar.
CONCLUSIÓN:
No tenemos que rechazar a Dios, como lo hizo faraón. Dios no ha cambiado, aún exige que le creamos. Aún juzga el pecado, Dios castigará a los que luchan contra Él; pero mostrará Su misericordia y amor a todos los que confían en Él.