ESTUDIO BÍBLICO EN ORDEN CRONOLÓGICO

LECCIONES Y PODCASTS DISPONSIBLES

LECCIÓN 6: DIOS PUEDE TRANSFORMAR A UN PECADOR

 

PANORAMA:

El capítulo 8 del libro de Hechos de los Apóstoles comienza con la historia de un joven judío llamado Saulo. Él fue el hombre que cuidó las ropas de los que apedrearon y mataron a Esteban. 

Solo Dios tiene el poder para cambiar la mente de una persona para que se convierta de sus malos caminos; esto ocurre cuando tenemos un encuentro con Él.


SAULO EL PERSEGUIDOR:

Hechos 8:1-3

Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. [2]Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. [3] Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.

Saulo no creía que Jesús de Nazaret era el Hijo de Dios y el Salvador prometido. Tampoco les creía a los cristianos cuando decían que Dios había resucitado a Jesús de entre los muertos. Saulo creía que los cristianos eran engañadores que estaban llevando a la gente a confiar en Jesús de Nazaret. Además, proclamaba que Jesús era un mentiroso y que había hablado cosas malas acerca del Dios de Abraham, Isaac y Jacob cuando dijo que era el Hijo de Dios. Saulo pensaba que amaba al Dios de sus antepasados, y por consiguiente sentía que era su deber castigar, y aun matar, a estos seguidores de Jesús de Nazaret.

LOS CREYENTES ESPARCIDOS, LA DIÁSPORA: 

Los principales esfuerzos de Saulo para destruir a los seguidores de Jesús se centraron en Jerusalén. Por consiguiente, muchos creyentes dejaron Jerusalén y fueron a vivir en otros pueblos y ciudades.  Dondequiera que iban, testificaban a otros acerca de Jesús, tal como Él les había dicho.

Hechos 8: 4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

CONSIDEREMOS:

El vocablo “Diáspora” proviene directamente del griego diasporá, que significa “dispersión”. Con este término se conoce la disgregación voluntaria del pueblo judío fuera de las fronteras de PalestinaLa diáspora judía comenzó en 586 a.C. con la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por los babilonios y la consiguiente deportación del pueblo judío a Babilonia. Sin su templo y lejos de su tierra, la comunidad judía tuvo que aprender a mantener viva su fe y cultura en medio de entornos extranjeros.

Antes de volver al Cielo, Jesús dijo a los apóstoles que, cuando el Espíritu Santo viniera a vivir en todos los creyentes, deberían testificar de Él en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra. Felipe obedeció este mandato y llevó el mensaje acerca del Salvador a la gente de Samaria.

 

Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.


Felipe, fue uno de los hombres que dejó Jerusalén en este tiempo, y quien formaba parte del grupo de los siete escogidos para servir a la iglesia, junto con Esteban. 

Hechos 8: 5

Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 

 Felipe, obedeciendo el mandato del Señor Jesús de que las Buenas Nuevas debían predicarse en Samaria, fue y dijo a los samaritanos que podían convertirse en hijos de Dios mediante la fe en Jesús, quien fue enviado por Dios para ser el Salvador de los pecadores. Muchos samaritanos creyeron en Él como su Salvador a través de la predicación de Felipe.

Hechos 1: 6-8

Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? [7]Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; [8]pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra,


LA CONVERSIÓN DE SAULO:

Al mismo tiempo, Saulo continuaba persiguiendo a los seguidores de Jesús en Jerusalén. Cuando se dio cuenta que muchos de ellos habían escapado a otros lugares y que estaban hablando a la gente acerca de Jesús, decidió seguirlos, arrestarlos y llevarlos de regreso a Jerusalén para ser enjuiciados y castigados.


Hechos 9:1-2

Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, [2] y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.


CONSIDEREMOS:

¿Ustedes creen que Saulo era un hombre muy malo? ¿Creen que había alguna posibilidad de que él pudiera darse cuenta de su pecaminosidad y confiara en Jesús como su Salvador? ¿Quién creen ustedes que es la persona con menos posibilidad de aceptar su pecaminosidad y confiar en el Señor Jesús en este lugar? Estoy seguro que si les hubiesen preguntado a los creyentes en Jerusalén, ellos habrían respondido: “¡Saulo!”.

No debemos temer testificar a los que odian la Palabra de Dios y hablan en contra de ella. Si ellos creen, Dios puede cambiarlos, así como cambió a Saulo el perseguidor.

Lucas, el autor del libro de los Hechos, nos cuenta que Saulo vio a Jesús. El rostro de Jesús brillaba más que el sol a pleno mediodía.

Ahora que el Señor Jesús está otra vez en el Cielo con Su Padre, Su divinidad resplandece, así que Su rostro brilla con más luz que el sol. Ésta fue la visión del Señor Jesús que cegó a Saulo y también cambió su vida.



Hechos 9:3-9

[3]Mas yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; [4]y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? [5]Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. [6] Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿Qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. [7]Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. [8]Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, [9] donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Saulo ahora tenía la  certeza que Jesús de Nazaret había resucitado de entre los muertos y que era verdaderamente el Hijo de Dios y el Salvador prometido desde tiempos antiguos.


ANANÍAS FUE ENVIADO A SAULO:

Saulo estuvo ciego y no comió ni bebió durante tres días. 

¡Qué diferente era Saulo ahora, hace unos días atrás era un hombre orgulloso y jactancioso!


Hechos 9:10-19

Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. [11]Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, [12]y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. [13]Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; [14]y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. [15]El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; [16]porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. [17]Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. [18]Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado. [19]Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.

 

CONSIDEREMOS:

No es de extrañar que Ananías estuviera temeroso. ¿No lo hubiéramos estado nosotros también? Yo sí. Jesús le dijo a Ananías que había escogido a Saulo para convertirlo en un servidor especial a quien usaría para ser su representante ante los gentiles, ante reyes y también ante los judíos. El plan de Dios para la vida de Saulo era que se convirtiera en uno de Sus más grandes y útiles apóstoles.

¿Obedeció Ananías al Señor y fue a Saulo? Sí, a pesar de los temores humanos que tenía, le creyó a Dios y le obedeció.

A veces podemos ser como Ananías y asustarnos cuando el Señor nos dice algo que quiere que hagamos. Sin embargo, aunque estemos asustados, debemos confiar en el Señor y hacer lo que Él nos manda y dejarnos guiar por Él. Seguramente Ananías siempre recordaría con gratitud que obedeció al Señor y fue a ver a Saulo. Así, como Dios le dijo a Ananías, Pablo fue usado por Dios  para hablarles a las personas en muchos países acerca de Jesús, el Salvador.

MINISTERIO DE SAULO:

Saulo no solamente comenzó a reunirse con los otros creyentes en Damasco, sino también comenzó a testificar a sus colegas anteriores, que aún no creían y odiaban a todos los seguidores de Jesús. Saulo conocía muy bien el Antiguo Testamento, porque, antes de creer que Jesús era el Salvador, lo había estudiado con el hombre que era considerado como el mejor maestro judío. Él mismo había sido un maestro del Antiguo Testamento. Saulo recordó a los judíos en Damasco todas las cosas que fueron predichas acerca del Salvador en el Antiguo Testamento. Luego les explicó que todas estas profecías fueron cumplidas a través de Jesús de Nazaret. Lo hizo para probarles que Jesús de Nazaret era el Hijo de Dios y el Salvador prometido desde mucho antes.

Hechos 9:20-22.

En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que este era el Hijo de Dios. [21]Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? [22]Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.

 



CONCLUSIÓN:

Solo Dios tiene el poder para convertir un corazón de piedra en uno de carne, sensible y amoroso. Saulo, el líder en la persecución de las iglesias se había convertido en un siervo del Señor Jesús.

Los creyentes en las iglesias de Judea, Samaria y Galilea estuvieron libres de persecución por un tiempo. Los apóstoles les enseñaron la Palabra de Dios, de modo que crecieron en su conocimiento de la voluntad de Dios y fueron fortalecidos en su fe. Por la reverencia que tenían al Señor le obedecieron. Fueron animados y fortalecidos por el Espíritu Santo, quien estaba viviendo en ellos. Muchas otras personas creyeron la Palabra de Dios y confiaron en el Señor Jesús como su Salvador.