PANORAMA:
Aunque el Señor Jesús había mandado a los apóstoles a predicar el Evangelio al mundo entero, los creyentes todavía no entendían que Dios quería aceptar a todas las personas que confiaran en el Señor Jesús, aun si no eran circuncidados y no seguían las leyes dadas a Israel. Los judíos despreciaban a todas las personas que rehusaban convertirse en miembros de su religión judía y aceptar la circuncisión. Aun los judíos quienes habían aceptado a Jesús como el Salvador no se habían dado cuenta del gran cambio que había tenido lugar mediante la muerte y resurrección del Señor Jesús.
Los judíos no se
habían dado cuenta que, a partir de la muerte del Señor Jesús, la circuncisión
y las otras ceremonias que Dios les había dado a los judíos en el monte Sinaí ya
no eran necesarias. Como el Señor Jesús había satisfecho a Dios completamente
por Su sacrificio en la cruz, ahora todos los que confiaran en Él, serían justificados.
Romanos 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo.
Dios ya no requería la circuncisión de los creyentes. Sólo necesitaban ponerse de acuerdo con el veredicto de Dios de que eran pecadores condenados, y confiar en el Señor Jesús y Su muerte. Todos los que hacían esto, eran perdonados por Dios de todos sus pecados y el Espíritu Santo venía a vivir en ellos, aunque fueran gentiles e incircuncisos.
Como los apóstoles y
sus hermanos judíos todavía no se habían dado cuenta de esto, el Señor tuvo que
enseñarles que todo el que confiara en el sacrificio del Señor Jesús, es
igualmente aceptable a Su vista, aunque sea incircunciso.
CONSIDEREMOS:
En nuestra cultura, cuando decimos que una persona es gentil, se refiere a una persona amable, cariñosa, afectuosa o cortés. Sin embargo, para los judíos, los gentiles se refieren a las naciones o individuos no judíos. También el término gentil, suele aplicarse a las personas que tienen creencias religiosas diferentes.
La siguiente historia
que leeremos en los Hechos de los Apóstoles, explicará cómo el Señor enseñó
primero al apóstol Pedro y lo usó para llevar el relato del Salvador a los
gentiles incircuncisos.
PEDRO Y CORNELIO:
Hechos 10: 1-2
Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, [2]piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
Cornelio, vivía en
Cesarea, él era un capitán romano a cargo de cien soldados italianos. Cornelio era
un gentil que creía en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y lo adoraba, pero no
se había hecho circuncidar y, por lo tanto, no era considerado un prosélito de la
religión judía. Prosélito, es un partidario, seguidor, adepto, sectario, fan,
simpatizante, hincha, admirador. Para los judíos, significa aquella
persona que se circuncidaba y adoptaba los ritos judíos.
Aunque la gran
mayoría de los gentiles adoraba muchos dioses e ídolos, muchos en este tiempo,
como Cornelio, estaban de acuerdo con la enseñanza dada en la sinagoga de que
no había sino un Dios. Aunque aceptaban las pautas justas de vida enseñadas en
el Antiguo Testamento, no estaban dispuestos a circuncidarse para entrar en la
comunidad o religión judía.
CONSIDEREMOS:
La ciudad recibió el nombre de Cesarea, en honor a César Augusto. En el siglo I, el historiador judío Flavio Josefo describió detalladamente la ciudad. Poco después de su fundación, la ciudad se convirtió en la sede del prefecto romano y en la capital administrativa a partir del año 6 a.C.
LAS INSTRUCCIONES DE DIOS A CORNELIO:
Cuando Dios llamó a
Abraham, le dijo que a través de su descendiente todas las naciones de la
tierra recibirían cosas buenas de Él. Ahora había llegado el momento de que
esto sucediera. Dios quería que la noticia de Jesús el Salvador, el descendiente
de Abraham, también fuera contada a los que no eran judíos, finalmente, todos
los gentiles escucharían y tendrían la oportunidad de creer las Buenas Nuevas
acerca de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesús.
Hechos 10: 3-6
Este vio claramente en una visión,
como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y
le decía: Cornelio. [4]Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué
es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria
delante de Dios. [5]Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a
Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. [6]Este posa en casa de cierto
Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario
que hagas.
Pedro estaba alojado
en la casa de un hombre llamado Simón. El trabajo de Simón era preparar las
pieles de animales, como ovejas y carneros, para hacer ropa, calzado,
recipientes para agua y vino, armas para la guerra como hondas y escudos, y
muebles.
LA RESPUESTA
DE CORNELIO:
Obedeció inmediatamente al Señor.
Hechos 10: 7-8
Ido el ángel que hablaba con Cornelio, este llamó a dos de sus criados,
y a un devoto soldado de los que le asistían; [8]a los cuales envió a
Jope, después de haberles contado todo.
DIOS PREPARA
A PEDRO:
El Señor había
preparado a Cornelio, pero ahora también era necesario preparar a Pedro, de
modo que estuviera dispuesto a ir al hogar de los gentiles incircuncisos, comer
con ellos y contarles las Buenas Nuevas. Normalmente los judíos no se relacionarían
nunca con gentiles en esta forma.
Hechos 10: 9-16
Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. [10]Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; [11]y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; [12]en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. [13]Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. [14]Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. [15]Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. [16]Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. [17]Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 18Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 19Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
¿Por qué no quería
Pedro comer los animales, reptiles o pájaros que Dios le había mostrado en la
visión? Porque a través de Moisés, Dios les había dado a sus antecesores
instrucciones muy estrictas de lo que debían y lo que no debían comer. Aunque
algunos de los animales y pájaros en la sábana eran considerados limpios porque
habían sido permitidos por Dios como alimento, Pedro no quería comer ni
siquiera éstos porque estaban mezclados con los animales impuros que no eran
permitidos a los judíos como comida. ¿Qué le estaba enseñando el Señor a Pedro?
PRIMERO: Dios le estaba enseñando que las leyes
acerca de animales limpios e impuros dadas a través de Moisés a los israelitas
habían sido abolidas mediante la muerte de Jesús. Ahora eran permitido consumir
como alimento, todos los animales, pájaros y reptiles.
SEGUNDO: Dios quería que Pedro entendiera que
todos los que creen en el Señor Jesús como su Salvador han sido limpiados por
Dios y están juntos en la única Iglesia del Señor Jesús, de la misma manera
como los animales limpios e impuros estaban juntos en la sábana bajada del
Cielo.
TERCERO: Dios ha limpiado y aceptado a todos
los creyentes verdaderos, aun a los creyentes gentiles incircuncisos. Ahora, ni
Pedro, ni ningún otro judío debía tratarlos como impuros, es decir, menos que
un creyente judío.
PEDRO EN EL
HOGAR DE CORNELIO:
Pedro fue a la casa de Cornelio, él no
entendió inmediatamente lo que Dios estaba tratando de enseñarle, pero el
Espíritu Santo continuó enseñándole y guiándole mientras obedecía al Señor e
iba al hogar de Cornelio.
Hechos 10: 20-23
Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los
he enviado. [21]Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres
que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis;
¿cuál es la causa por la que habéis venido? [22]Ellos dijeron: Cornelio el
centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda
la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de
hacerte venir a su casa para oír tus palabras. [23]Entonces, haciéndoles
entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le
acompañaron algunos de los hermanos de Jope. [24]Al otro día entraron en
Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y
amigos más íntimos.
CONSIDEREMOS:
La tendencia del ser humano al relacionarse
con otras personas, ha sido la de clasificarlas por categorías, según su
condición social y tener prejuicios y trato diferenciado hacia aquellos que
pertenecen a clases sociales consideradas inferiores; pero Dios no hace acepción
de personas.
Deuteronomio 10:17
Porque Dios, es Dios de dioses y
Señor de señores; él es el gran Dios, poderoso y temible, que no actúa con
parcialidad ni acepta sobornos.
LA CONVERSIÓN
DE LOS PRIMEROS GENTILES:
Cornelio y todos los
otros gentiles que se reunieron en su casa sabían que Dios era santo y ellos
eran pecadores. También sabían que Dios había prometido enviar a un Salvador
para los pecadores. Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo estaba
ayudando a estos gentiles a entender que Jesús de Nazaret era el Salvador
prometido y el que había muerto por sus pecados. Cornelio, su familia y sus
amigos, aceptaron en sus corazones el mensaje que Pedro les dio y confiaron en
el Señor Jesús y Su muerte por ellos, aun antes de que Pedro terminara de
hablarles.
Hechos 10: 35-37
Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no
hace acepción de personas, [35]sino que en toda nación se agrada del que
le teme y hace justicia. [36]Dios envió mensaje a los hijos de Israel,
anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; este es Señor de
todos. [37]Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando
desde Galilea.
Cuando esos gentiles
incircuncisos confiaron en el Señor Jesús como su Salvador, inmediatamente el
Espíritu Santo vino a vivir en ellos y los capacitó para hablar en idiomas que
nunca habían aprendido, igual que los judíos creyentes habían hecho cuando el
Señor Jesús los bautizó con el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. El
Señor dio a estos primeros creyentes gentiles la habilidad de hablar en idiomas
desconocidos para ellos como una señal para Pedro, de modo que no tuviera dudas
de que los creyentes gentiles incircuncisos eran perdonados, aceptados
completamente por Dios y parte de la Iglesia, lo mismo que los judíos.
CONCLUSIÓN:
Después de esta ocasión, el Espíritu Santo vino a morar en el corazón de los gentiles que creyeron en el Señor Jesús. Pedro fue el primer apóstol en proclamar la salvación a los gentiles. Siguió su liderazgo en la iglesia durante mucho tiempo, aún después de que Pablo llegó a ser el misionero por excelencia a los gentiles. Pedro, junto con Pablo, ayudaron a la iglesia primitiva a comprender la importancia de proclamar el evangelio.