ESTUDIO BÍBLICO EN ORDEN CRONOLÓGICO

LECCIONES Y PODCASTS DISPONSIBLES

LECCIÓN 5: SERVICIO CRISTIANO

 


PANORAMA:

Aunque los creyentes estaban testificando a los inconversos y muchas personas estaban poniendo su fe en el Señor Jesús; los cristianos debían enfrentar problemas de los opositores pero también al interior de la iglesia, por malos entendidos y dificultades entre los creyentes.


El señor Jesús ya les había ejemplo de servicio y liderazgo…

 

Marcos 10:43 - 45

….el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, [44]y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. [45]Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.


CONSIDEREMOS:

En algunas culturas, la misericordia es vista como una debilidad, pues existe la creencia de que el liderazgo se obtiene provocando miedo, infundiendo temor e intimidando a los subalternos. Sin embargo, Jesús enseñó que la mejor forma ganar respeto, es sirviendo, en una ocasión se humilló y lavó los pies sucios y mal olientes de sus discípulos.

 

Juan 13: 3-5

Jesús, que sabía que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas, y que había salido de Dios, y que a Dios volvía, [4]se levantó de la cena, se quitó su manto y, tomando una toalla, se la sujetó a la cintura;[5] luego puso agua en un recipiente y comenzó a lavar los pies de los discípulos, para luego secárselos con la toalla que llevaba en la cintura.


SERVICIO MUTUO:

Dios quiere que nos amemos y nos sirvamos con sencillez de corazón; pero no debemos olvidar que tenemos un opositor que no quiere que tengamos comunión entre los creyentes. Satanás sabe que la mejor forma de estorbar e interrumpir la obra de Dios es lograr que los hijos de Dios peleen unos con otros. Esto es algo contra lo que todos debemos estar en guardia. Hemos de luchar contra Satanás, el pecado y la incredulidad, pero jamás unos contra otros. Cuando los cristianos están luchando entre sí, el Señor no puede usarlos en la forma que quiere. 


Hechos 6:1

En aquellos días el número de los discípulos iba en aumento, pero también comenzaron las murmuraciones de los griegos en contra de los hebreos, pues se quejaban de que en la distribución diaria de ayuda las viudas de los griegos no eran bien atendidas.

Aparentemente la iglesia de Jerusalén tenía muchas viudas. Como estas viudas no tenían familias que vieran por ellas, la iglesia estaba proveyendo para su sustento diario a través de ofrendas voluntarias de los miembros; pero si ellas tenían familias que las cuidaran, la iglesia no se hacía responsable. Había dos clases diferentes de judíos en la iglesia de Jerusalén. Una clase eran los judíos que nacieron y crecieron en países fuera de la tierra de Israel y que ahora estaban viviendo en Jerusalén, cuyo idioma principal era el griego. La otra clase eran los que nacieron y crecieron en la tierra de Israel, los cuales hablaban el arameo. Los que hablaban griego dijeron que las viudas que pertenecían a su clase no estaban siendo  bien provistas como las viudas de los judíos locales. ¿Qué podía hacerse con respecto a este problema? ¿Quién debía decidir cuál sería la solución?

LA RESPONSABILIDAD DE LOS APÓSTOLES:


Los apóstoles eran los hombres a quienes el Señor Jesús había escogido cuando estuvo aquí en la tierra. Él los entrenó y luego los envió al mundo como Sus representantes especiales. Les mandó instruir claramente a Su Iglesia y guiarla en obediencia a todas las enseñanzas que les había dado y también en las cosas nuevas que prometió que el Espíritu Santo les revelaría después que hubiese regresado al Cielo.  En este tiempo en particular, todos los apóstoles vivían en Jerusalén y estaban directamente a cargo de la iglesia. Actuaban como ancianos y pastores de la iglesia. Por consiguiente, el trabajo que estaban haciendo era el de líderes, guías y maestros.


LA RESPONSABILIDAD DE LOS DIÁCONOS:

Así como hay la necesidad de hombres que enseñen, guíen, animen y oren por los hijos de Dios, hay también la necesidad de personas que tengan cuidado de cosas materiales, tales como recoger y distribuir los recursos y las donaciones para los que necesitan del apoyo de la iglesia. Las personas que hacen este tipo de trabajo se llaman diáconos (servidores de la iglesia) y pueden ser hombres o mujeres que tengan un corazón sencillo, el don de servicio y gocen de buen testimonio dentro y fuera de la congregación.

Hechos 6:3

Así que, hermanos, busquen entre todos ustedes a siete varones de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para que se encarguen de este trabajo.

Los apóstoles oraron pidiendo al Señor dar a estos hombres sabiduría en su nueva posición. Luego colocaron sus manos sobre ellos para mostrar que, junto con la iglesia, aprobaban a estos hombres como diáconos y los apoyarían en su trabajo.

Hechos 6: 5-6

Esta propuesta fue del agrado de todos los creyentes, y eligieron a Esteban, que era un varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, un prosélito de Antioquía. [6] Luego los llevaron ante los apóstoles, y oraron por ellos y les impusieron las manos.

TESTIMONIO DE ESTEBAN:


Hechos 6: 8

Como Esteban estaba lleno de la gracia y del poder de Dios, realizaba grandes prodigios y señales entre el pueblo.

Esteban no solamente ayudaba a distribuir la comida a las viudas en la iglesia, sino que también enseñaba la Palabra de Dios a los inconversos. Era un hombre que realmente confiaba en Dios para todo; por lo tanto, el Espíritu Santo pudo usarlo para mostrar el poder de Dios al mundo incrédulo.

ACUSACIONES FALSAS CONTRA ESTEBAN:

Como Satanás veía que Dios estaba usando a Esteban y por eso guio a algunos de sus hijos en un ataque contra él.


Hechos 6:10-15

Pero como no pudieron superar la sabiduría y el Espíritu que Dios le daba, [11]sobornaron a otros para que dijeran que habían oído a Esteban blasfemar contra Moisés y contra Dios. [12]De esa manera soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, los cuales se lanzaron contra él y, con lujo de violencia, lo llevaron ante el concilio. [13]Los testigos falsos que presentaron, dijeron: «Este hombre no deja de blasfemar contra este lugar santo y contra la ley. [14]Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y que cambiará las costumbres que nos dio Moisés.» [15]Entonces todos los que estaban sentados en el concilio se fijaron bien en Esteban, y vieron que su rostro parecía el de un ángel.

 

DEFENSA DE ESTEBAN:

Esteban respondió a sus acusadores recordándoles primero a Abraham, Isaac y Jacob, y luego a José, el hijo de Jacob, quien fue rechazado por sus hermanos. Aunque sus hermanos le rechazaron y vendieron, Dios estaba con él y le hizo gobernador sobre Egipto. José, quien fue rechazado, fue a quien Dios usó para proveer comida para todos sus hermanos y sus familias. Finalmente, Esteban les dijo que así como sus antepasados persiguieron y mataron a los mensajeros de Dios, los profetas, ellos también habían rechazado y matado al Hijo de Dios, el Señor Jesús.



Hechos 7:51-54

»¡Pero ustedes son duros de cabeza, de corazón y de oídos! ¡Siempre se oponen al Espíritu Santo! ¡Son iguales que sus padres! [52]¿A qué profeta no persiguieron? Mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, el mismo a quien ustedes entregaron y mataron. [53]Ustedes, que recibieron la ley por medio de ángeles, no la obedecieron.» [54] Cuando ellos oyeron a Esteban decir esto, se enfurecieron tanto que hasta les rechinaban los dientes.


MUERTE DE ESTEBAN:

Mientras los hombres estaban matando a Esteban, dejaron sus ropas al cuidado de un hombre que estaba cerca cuyo nombre era Saulo. En nuestra próxima lección sabremos más acerca de Saulo, quien estuvo de acuerdo con la gente, en que Esteban debía ser asesinado.

Antes de que Esteban muriera, vio al Señor Jesús de pie a la derecha de Su Padre. Jesús sabía que Esteban iba a ser asesinado y estaba esperando que dejara su cuerpo y fuera a vivir con Él en el Cielo.

Hechos 7:55-56

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, levantó los ojos al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús a su derecha. [56] Dijo entonces: «Veo los cielos abiertos, y que el Hijo del Hombre está a la derecha de Dios.»

Aunque al morir no veamos al Señor Jesús de pie a la derecha de Su Padre como lo vio Esteban, sin embargo, sabemos que el Señor Jesús ama a cada uno de Sus hijos, tanto como amó a Esteban. Así como esperó y dio la bienvenida a Esteban al Cielo, también nos espera y nos dará la bienvenida a cada uno de nosotros,  Sus hijos.

 

CONCLUSIÓN:

Pongamos al servicio de nuestros hermanos el don que Dios en Su gracia nos ha dado. Mostremos misericordia y compasión, con aquellas personas que pueden estar pasando por momentos de dificultad, y reflejemos de esta manera un evangelio práctico, como lo demostró el Señor Jesús, dándonos  ejemplo de servicio y humildad.